Que no vuelva

 Por José M. Roca
Las aventuradas opiniones del Papa Ratzinger sobre la situación de la religión católica en España dejan ver que su habilidad como mareador de dogmas es perfectamente compatible con un gran desconocimiento del país que visita y con una impropia falta de tacto con un Gobierno que, de manera obsequiosa, le ha recibido con honores (y gastos) de jefe de Estado.